El texto argumentativo tiene como objetivo expresar opiniones o
rebatirlas con el fin de persuadir a un receptor. La finalidad del autor puede
ser probar o demostrar una idea (o tesis), refutar la
contraria o bien persuadir o disuadir al receptor sobre determinados
comportamientos, hechos o ideas.
La argumentación, por importante que sea, no suele darse en estado
puro, suele combinarse con la exposición. Mientras la exposición se limita a mostrar, la
argumentación intenta demostrar,
convencer o cambiar ideas.
La argumentación se utiliza en una amplia variedad de textos, especialmente en los científicos,
filosóficos, ensayo, en oratoria política y judicial, textos periodísticos de
opinión y en algunos mensajes publicitarios. En la lengua oral, además de
aparecer con frecuencia en la conversación cotidiana, es la forma dominante en
los debates, coloquios o mesas redondas.
PROCEDIMIENTOS ORGANIZATIVOS
El texto argumentativo suele organizar el
contenido en tres apartados: introducción, desarrollo o cuerpo argumentativo, y
conclusión.
CONVENCER
Y PERSUADIR:
Los términos convencer y persuadir se
refieren al sentido positivo de una idea, es decir, ambos buscan que el
receptor se adhiera o identifique con un punto de vista determinado, pero se
diferencian entre sí en cuanto a la manera en que intentan lograr la adhesión
de una tesis o idea. Mientras convencer significa desplegar un modelo de
razonamiento lógico que apele al intelecto, a una reflexión, y a la razón.
Persuadir generalmente implica el uso
de otras herramientas y recursos que están más en relación con argumentos
emocionales y personales que afectan directamente a las personas. De esta
manera, convencer es una técnica que se utiliza más para promover ideologías,
propaganda, opiniones y corrientes de pensamiento, y persuadir se emplea, en
general, para acciones más concretas y espontáneas; la publicidad intenta
persuadir de adquirir determinados productos a través de argumentos como “serás
más linda”, “te sentirás mejor”, “serás más popular”, las madres, por ejemplo,
tratan de persuadir a sus hijos de que saquen buenas notas “porque o si no te retará
tu papá” o “porque si no, no podrás salir a jugar”, etc.
EJEMPLOS:
Convencer: Fumar genera problemas para la salud del fumador, de otras personas, y
del medio ambiente. El placer de fumar no se compara con el buen estado de los
seres humanos y de los seres que habitan este planeta. (Argumento: La salud y
bienestar es prioridad antes del placer que provoca fumar)
Persuadir: Sigue fumando y necesitarás un trasplante de pulmón en cinco años.
(Argumento: El temor que implica una cirugía o un problema de salud)
Convencer: Si no lees el diario no podrás informarte de los
acontecimientos actuales. (Argumento: Leer el diario es estar informado)
Persuadir: Si no lees el diario no tendrás tema de
conversación con nadie (Argumento: No leer el diario generará rechazo y
soledad)
PERSUADIR
Y DISUADIR:
Aun cuando en muchos casos el término
convencer pueda referirse a persuadir o disuadir a alguien de alguna idea
determinada, sí existe una diferencia entre estos dos conceptos. Persuadir es
una noción positiva que busca que alguien adopte una idea o realice una acción.
En cambio disuadir es negativo, es decir, es el intento de que el receptor deje
de hacer algo o de pensar de una determinada manera.
EJEMPLOS:
Persuadir: Fuma menos. Gastas mucho dinero en cigarrillos.
Disuadir: Deja de fumar. Gastas mucho dinero en cigarrillos.
Persuadir: En las noches de invierno debes cerrar la ventana
porque el frío congela toda la casa.
Disuadir: En las noches de invierno no debes abrir la ventana
porque el frío congela toda la casa.